
Cuando se conoció el caso del cáncer no humano que se generó en un paciente de Medellín, toda la atención de la comunidad médica se centró en el Dr. Carlos Andrés Agudelo, médico a cargo de este paciente en la Clínica Bolivariana y uno de nuestros consultores médico-científicos. Sin embargo, detrás de él, siempre insistente, como su mano derecha y su asesor, pero también como la persona con la cual se compartían las dudas y las incertidumbres, estuvo el Dr. Alejandro Vélez, médico patólogo con 32 años de experiencia y otro de los miembros de nuestro equipo de consultores.
“Lo primero que pensé cuando Carlos me habló del tema fue ‘este man está loco’”, dice el patólogo. Nada en este caso tenía sentido: un paciente con VIH presentaba tumores en algunos órganos, algo que a todas luces parecía un cáncer normal, sin embargo, al realizar las biopsias se descubrió que las células de las malformaciones eran de un tamaño muy inferior a las humanas.
Así, empezaron meses de investigación, en los que el Dr. Agudelo recurría al laboratorio del Dr. Vélez para que este analizara las muestras y le ayudara a buscar posibles alternativas. Sin embargo, en medio del desconocimiento y considerando que la situación del paciente cada vez se complicaba sin que se le pudiera dar una respuesta, el aporte del patólogo trascendía a lo humano: “Alejo estuvo ahí, metiéndole toda la energía que tiene él, como con todo lo que hace”, dice el Dr. Agudelo.

La confianza y el aprecio mutuo se deben a que mucho antes de ser colegas, fueron profesor y estudiante: el Dr. Vélez le dictó clase “al Flaco”, como le dice afectuosamente, cuando este cursaba su pregrado de medicina en la Universidad Pontificia Bolivariana, donde trabaja desde hace 20 años.
Además de su cátedra en esta institución, el doctor Alejandro dicta clases en la Universidad de Antioquia y en el Ces, trabaja en el Hospital Pablo Tobón Uribe y ha hecho parte de nuestro equipo por siete años: “Lo que yo más le agradezco a Dinámica es que me dan tiempo para leer, para escribir, para publicar, para ir a congresos. El tiempo es lo más valioso”.
De ese tiempo se ha valido para desarrollar una de sus pasiones principales: la investigación. Ha publicado cinco libros y participado en múltiples investigaciones, pero como reconoce él mismo, ninguna de tanto impacto como la del extraño cáncer.
Cuando se descubrió que el cáncer fue generado por un parásito y el proceso se documentó en el New England Journal of Medicine, una de las publicaciones médicas más prestigiosas del mundo, el Dr. Vélez seguía un poco incrédulo y lo que más lo sorprendió fue la reacción de sus estudiantes y del público en general: “Cuando se publicó en la página del hospital se volvió viral, creo que llegó hasta los 25.000 likes”.
“Hay casos generados por virus o por bacterias, pero es la primera vez que vemos un caso de cáncer generado por parásitos. Es un caso único. Es la entrada para muchas cosas y para ver qué se puede hacer de ahora en adelante”. Y aunque nunca conoció al paciente, fue él, quien desde el laboratorio estuvo mirando muestra tras muestra, buscando alternativas, explorando bibliografía y alentando al resto del equipo para que este caso no se quedara archivado en la gaveta de los diagnósticos sin solución.